jueves, 11 de agosto de 2016

“¿Yo, chapa?, ni de puerta”

Héctor Zagal, periodista de Vigía FM,  porque decidió ser policía y periodista, al mismo tiempo.

Soy el último hijo de ocho hermanos, somos una familia bastante amplia. Mi madre es oriunda de la costa, de la provincia de Los Ríos; mi padre es quiteño. Me gradué en el Instituto de Radio y Televisión (AER), prácticamente ahí empezó mi carrera profesional. Aprendí sobre locución para ejercer el periodismo, son bases que se necesita para estar al frente de un micrófono, pues requiere mucha responsabilidad. Entre varios cursos y talleres de periodismo que me han servido para desenvolverme en Vigía FM.

Recuerdo que tenía 6 o 7 años, ya trataba de emular a narradores de fútbol como Fabián Gallardo Moscoso, a quien considero uno de los mejores en su campo. En aquel entonces creaba mis propias alineaciones, mi mejor selección (Iván Hurtado, De Souza, Carcelén, Carabalí, Morales) y simulaba un partido contra Brasil, y entonces empezaba a practicar mi narración. Es ahí en donde empieza mi gusto por la radio. Yo radico alrededor de unos 13 años en la capital. Me han acogido de la mejor manera, gente muy hospitalaria. Llegue con el objetivo, que siempre me trace, trabajar en radio.

A los 14 años iba al Estadio Gonzalo Pozo. Me llamaba la atención las transmisiones de radio, sobre todo las del equipo de “Nueva Emisora Central”. Recuerdo que me colaba en los palcos para observar su trabajo. Yo quería narrar, pero tuve que esperar hasta el 2008. Me llamaron de Radio Sucre para una pasantía de un mes. Sin embargo, les gusto mi trabajo, así que me preguntaron si deseaba quedarme y que a cambio me iban a pagar. Yo les dije: “gratis: yo relato fútbol”. Era mi sueño hecho realidad, a los 19 años. Así empezó mi camino en el periodismo deportivo. Me quedaba en la radio todo el día, de 8:00 hasta las 18:00. Empecé a conocer gente, aprendí nuevas conocimientos.

El primer partido de fútbol que narré: C.D Nacional vs Liga de Quito, en el Estadio Olímpico Atahualpa. Recuerdo que la noche previa al partido, no podía dormir de la emoción.

Mientras trabajaba en Mach Deportes, quienes ahora son mis compañeros se impresionaron por mis habilidades. Me habían sugerido que me vuelva policía y que luego continúe en Radio Vigía. Les dije que no. “Yo chapa ni de puerta” decía. Sin embargo el factor económico influyó para que tomara una nueva decisión; en el periodismo deportivo no se valora el trabajo, no es bien remunerado. Los directores te ponen muchas trabas. Los jefes no te pagan lo que te deben pagar, a pesar de que la Ley de la comunicación exige que se pague una cantidad exacta, esto no se respeta. Dinero, dinero hay en el periodismo deportivo ¿pero quién se lleva ese dinero?: los directores, sus hijos; los trabajadores en segundo plano. Esto es una mala costumbre desde hace años. Se debe a que los dueños de los medios de comunicación son los mismos de siempre. Es un círculo. Son pocos los medios privados que reconocen económicamente al periodista deportivo. Fue entonces que decidí ser policía, seguí el curso durante un año. Me gradué. Pasó el tiempo y ventajosamente tuve la oportunidad de llegar a Radio Vigía, “La voz de la Policía Nacional”

Autor: JOSÉ ALOMOTO -4TO "C"
Twitter: @Sseph17


No hay comentarios:

Publicar un comentario