viernes, 12 de agosto de 2016

TESTIMONIO



PRETENDO CUMPLIR MI META

“El 8 de julio de este año me invitaron a participar en la marcha para visibilizarnos desde una diversidad de apuestas que pretenden una sociedad y que reconozca la diferencia como parte fundamental de la democracia y del ejercicio de la ciudadanía. Yo participe en la llamada Marcha del Orgullo Lésbico, Trans, Gay y Bisexual en Bogotá-Colombia en el que denuncie la mentira de la Gran Transformación del actual gobierno, que ha convertido la promesa de una nueva forma de reconocimiento de las diversas ciudadanías en una burda y facilista noción de la inclusión y vulnerabilidad. Participe y demande la tolerancia, porque no cuestiona las bases de la discriminación y la exclusión. La tolerancia no reconoce la legitimidad del (la) otro(a) diferente; no reconoce los sistemas de poder que interactúan para situar a ciertos grupos de la población en el patio trasero de lo sucio y descartable.
Juntamente con mis compañeras demandamos inclusión, porque no queremos ser incluidas en lógicas neoliberales, patriarcales, machistas y heteronormativas. La inclusión no cuestiona estas lógicas ni los sentidos de lo que somos y dónde nos situamos como personas. Sí yo denuncie como grandes fracasos políticos actuales la deslegitimación de las demandas y expectativas de la población, con la imposición de una política represiva autoritaria con lógicas estatales verticales y jerárquicas; el desconocimiento de los significados del cuerpo y las sexualidades de las mujeres; el desconocimiento de las demandas, necesidades e intereses, entre ellas mi posición como lesbiana que implicaba replantear ciudadanías, relaciones de poder y acceso y ejercicio de derechos.
Yo soy lesbiana y demando la gran transformación y el replanteamiento de los cimientos democráticos que incluya un nuevo pacto social y político, donde coloquemos los grandes desafíos y retos que nuestra sociedad debe visibilizar y enfrentar, como el racismo, el clasismo, el feminicidio, las consecuencias de la guerra interna, la lesbofobia, entre otros.
Esto supone salir de aquellos sitios cómodos y fijos, y alentarnos con nuevas formas de re-conocernos y reconocer. Una forma política de iniciar este proceso puede ser cuestionarnos para encontrar puntos de articulación con otros movimientos, con otras demandas, con otras luchas.
Yo salí a recorrer las calles de Bogotá, porque ser y estar con nuestras caras, nuestras voces y nuestros cuerpos es desobedecer y desobedecer ha sido siempre para las mujeres, y en especial para las mujeres lesbianas, ¡transformar! Me visibilizare en las calles para generar con nuestras presencias parte de esos cambios en los imaginarios, parte de esos cambios en el espacio público tan privatizado y encerrado.
¡Con nuestra existencia desobediente que rompe con el sistema patriarcal y machista, aportaremos una vez más transformando la democracia, porque la democracia se hace también en la calle, haciendo bulla, bailando, protestando, denunciando, politizando nuestras identidades, cuerpos, placeres, erotismos y afectos!”.

Autor: Magaly Cangás

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